En procedimientos bariátricos, mejor pensar en la relación costo- beneficio

Además de múltiples comorbilidades, la obesidad supone a quienes la padecen problemas que van desde el sufrimiento emocional causado por una profunda crisis de autoimagen, hasta la preocupación por el costo de los tratamientos para la reducción de peso, como la manga gástrica y el balón intragástrico,  alternativas adecuadas para apoyar el tratamiento de enfermedades metabólicas, diabetes, hipertensión arterial o riesgo cardiovascular.

El último de estos métodos, consiste en extraer parte del estómago (lo que incluye la zona donde se produce la hormona del apetito). De este modo, por medio de un procedimiento que acota el espacio en que se almacenan los alimentos, pero también de un cambio inducido a nivel metabólico, pacientes con obesidad mórbida pueden perder entre un 35% y un 90% del excedente de peso. La primera consiste en colocar en el estómago un dispositivo de silicona con forma de esfera a propósito de ocupar un espacio que antes almacenaba alimento. En consecuencia, el paciente alcanza más rápido la sensación de saciedad en cada ingesta y experimenta una notable disminución del apetito.

Este tratamiento se recomienda a personas que deban perder entre 10 y 15 kilos de su peso actual y no lo hayan conseguido respetando la dieta y el programa de ejercicio indicados por su médico.

El dispositivo puede durar seis meses en el cuerpo luego de su colocación y el procedimiento puede llevarse a cabo en una clínica de cirugía ambulatoria.

Otra buena opción es la cirugía de la manga gástrica, que consiste en extraer parte del estómago (lo que incluye la zona donde se produce la hormona del apetito). De este modo, por medio de un procedimiento que acota el espacio en que se almacenan los alimentos, pero también de un cambio inducido a nivel metabólico, pacientes con obesidad mórbida pueden perder entre un 35% y un 90% del excedente de peso.

Entre las conveniencias que estos procedimientos tienen, destaca el que ambos sean mínimamente invasivos, debido a que se llevan a cabo mediante cirugía laparoscópica (en el caso de la manga gástrica) y a través de una endoscopía (si nos referimos al balón gástrico).

Los dos se presentan como la oportunidad para iniciar un estilo de vida saludable con resultados sostenibles en el tiempo, aunque ello dependerá del compromiso que muestre el paciente con relación al plan alimentario y programa de activación física que le hayan sido asignados.

Hasta aquí, todo está claro, pero, tras conocer sus beneficios, es natural preguntarse cuánto cuesta cada tratamiento y optar por el que mejor se adecue al presupuesto personal. Sin embargo, al ser la salud una necesidad primordial, lo mejor es no escatimar: vale más ponerse en manos de un cirujano bariatra, acudir a una clínica especializada y pedir que la intervención se realice con materiales de alta calidad.